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Ligamentos sacroiliacos
Ligamentos sacroilíacos posteriores
La articulación sacroilíaca o articulación SI (SIJ) es la articulación entre el sacro y los huesos del ilion de la pelvis, que están conectados por fuertes ligamentos. En los seres humanos, el sacro sostiene la columna vertebral y se apoya a su vez en un ilion a cada lado. La articulación es fuerte y soporta todo el peso de la parte superior del cuerpo. Es una articulación de plano sinovial con elevaciones y depresiones irregulares que producen el enclavamiento de los dos huesos[1] El cuerpo humano tiene dos articulaciones sacroilíacas, una a la izquierda y otra a la derecha, que suelen coincidir entre sí, pero que son muy variables de una persona a otra[1].
Las articulaciones sacroilíacas son articulaciones emparejadas en forma de C o de L capaces de una pequeña cantidad de movimiento[2] (de 2 a 18 grados, lo cual es discutible en este momento) que se forman entre las superficies auriculares de los huesos sacro e ilion. Las articulaciones están cubiertas por dos tipos diferentes de cartílago; la superficie sacra tiene cartílago hialino y la superficie ilíaca tiene fibrocartílago[2] La estabilidad de la articulación sacroilíaca se mantiene principalmente mediante una combinación de sólo algunas estructuras óseas y ligamentos intrínsecos y extrínsecos muy fuertes[3] El espacio articular suele ser de 0,5 a 4 mm[4].
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La articulación sacroilíaca (SI) es la articulación entre los huesos sacro e ilion. El sacro sostiene la columna vertebral y a su vez se apoya en el ilion a ambos lados. La articulación sacroilíaca está pensada para permanecer relativamente estable, a diferencia de una articulación muy móvil como el hombro, que se mueve mucho para reposicionar el brazo. La articulación SI se mueve un poco para transferir fuerzas entre el cuerpo y las piernas, actuando como una especie de amortiguador.
Tenemos una articulación SI derecha y otra izquierda. Las superficies de las articulaciones tienen elevaciones y depresiones irregulares que dan lugar a un enclavamiento de las superficies articulares. Hay fuertes fibras conectivas no elásticas llamadas ligamentos que estabilizan la parte delantera y trasera de la articulación.1 Además, hay múltiples grupos musculares fuertes que cruzan la articulación proporcionando estabilidad adicional.
Cuando se diagnostica a un paciente una disfunción de la articulación sacroilíaca, normalmente se recomienda un tratamiento no quirúrgico como primera línea de tratamiento y se continúa si el paciente sigue obteniendo un alivio adecuado de sus síntomas. El tratamiento no quirúrgico puede incluir medicación, fisioterapia, incluida una prueba de cinturón SI, inyecciones y ablación por radiofrecuencia. Este artículo abordará el componente de fisioterapia del tratamiento no quirúrgico, denominado rehabilitación. La fisioterapia puede combinarse o no con los otros tratamientos descritos anteriormente.
Dolor del ligamento sacroilíaco
La articulación sacroilíaca o articulación SI (SIJ) es la articulación entre el sacro y los huesos del ilion de la pelvis, que están conectados por fuertes ligamentos. En los seres humanos, el sacro sostiene la columna vertebral y se apoya a su vez en un ilion a cada lado. La articulación es fuerte y soporta todo el peso de la parte superior del cuerpo. Es una articulación de plano sinovial con elevaciones y depresiones irregulares que producen el enclavamiento de los dos huesos[1] El cuerpo humano tiene dos articulaciones sacroilíacas, una a la izquierda y otra a la derecha, que suelen coincidir entre sí, pero que son muy variables de una persona a otra[1].
Las articulaciones sacroilíacas son articulaciones emparejadas en forma de C o de L capaces de una pequeña cantidad de movimiento[2] (de 2 a 18 grados, lo cual es discutible en este momento) que se forman entre las superficies auriculares de los huesos sacro e ilion. Las articulaciones están cubiertas por dos tipos diferentes de cartílago; la superficie sacra tiene cartílago hialino y la superficie ilíaca tiene fibrocartílago[2] La estabilidad de la articulación sacroilíaca se mantiene principalmente mediante una combinación de sólo algunas estructuras óseas y ligamentos intrínsecos y extrínsecos muy fuertes[3] El espacio articular suele ser de 0,5 a 4 mm[4].
Tratamiento de la rotura del ligamento sacroilíaco
ResumenAntecedentesLos estudios clínicos han descubierto que las manipulaciones tienen un buen efecto clínico sobre el dolor de la articulación sacroilíaca (ASI) sin causas específicas. Sin embargo, los mecanismos específicos que subyacen al efecto de las manipulaciones aún no están claros. El objetivo de este estudio era investigar los efectos de tres manipulaciones comunes sobre las tensiones y desplazamientos de la articulación sacroilíaca normal y las tensiones de los ligamentos circundantes.MétodosSe desarrolló un modelo de elementos finitos tridimensional de la pelvis-fémur. Se simularon las manipulaciones de flexión de cadera y rodilla (MHKF), tracción oblicua (MOP) e hiperextensión del miembro inferior (MLLH). Se analizaron las tensiones y desplazamientos de la articulación sacroilíaca y las tensiones de los ligamentos circundantes durante las tres manipulaciones.ResultadosLa MOP produjo la mayor tensión en la articulación sacroilíaca izquierda, con 6,6 MPa, mientras que la MHKF produjo la menor tensión en la articulación sacroilíaca derecha, con 1,5 MPa. Los desplazamientos de la articulación sacroilíaca fueron inferiores a 1 mm durante las tres manipulaciones. Las tres manipulaciones provocaron diferentes grados de tensión en los ligamentos alrededor de la articulación sacroilíaca, y la MOP produjo la mayor tensión en los ligamentos.ConclusiónLas tres manipulaciones produjeron pequeños desplazamientos de la articulación sacroilíaca y diferentes grados de tensión en los ligamentos, lo que podría ser el mecanismo por el que alivian el dolor de la articulación sacroilíaca. La MOP produjo el mayor desplazamiento y la mayor tensión de los ligamentos.