"Con la meditación se trabaja el desarrollo de nuestra conciencia, el autoconocimiento y la aceptación de nuestra realidad"
La depresión es un trastorno mental que causa un desinterés general para realizar cualquier actividad y un sentimiento de tristeza constante. Además, las personas que sufren episodios nerviosos tienden a tener patrones de conducta enmarcados en la infelicidad, la ira, la melancolía o la frustración.
Esta enfermedad se produce por la combinación de factores biológicos, factores psicosociales y otros factores que afectan a la personalidad. Afecta a los pensamientos, a los sentimientos y al comportamiento de quien la padece, y puede causar una gran cantidad de problemas físicos y emocionales, ya que dificulta la realización de cualquier hábito o rutina diaria como el poder trabajar, estudiar, cuidar la higiene personal e incluso ser capaz de levantarse de la cama o de alimentarse correctamente; haciendo muy complicada la relación con el resto del mundo.
En cualquier momento de nuestra vida y cualquier tipo de persona puede sufrir una depresión tanto crónica como puntual, y es necesario conocer herramientas para enfrentarnos a ella. Aunque, si nos ha sido diagnosticado que padecemos depresión sea preciso pasar por un tratamiento médico recetado por un profesional, sí que podemos trabajar para disminuir los efectos de este trastorno en nuestra vida, y una buena ayuda puede ser practicar meditación para la depresión.
Con la meditación se trabaja el desarrollo de nuestra conciencia, el autoconocimiento y la aceptación de nuestra realidad, pudiendo transformar los pensamientos de tristeza y negativos que asolan a la persona que sufre depresión en pensamientos e ideas más positivos y esperanzadores. Para ello puede ayudar mucho la repetición de mantras, ya que estos son mensajes positivos que se van grabando en nuestro subconsciente.
Hay que entender que no es una terapia alternativa ni un sustituto al tratamiento que la persona necesite para salir de su depresión, sino que es una ayuda extra para facilitar su sanación y un recurso para la mejora de su calidad de vida.
También hay que comprender que este proceso de transformación mental ni es sencillo ni se completa en un solo día, sino que hay que ser constante en su práctica para notar la evolución.
La depresión exagera la negatividad y la tendencia al pesimismo, por lo que alguien que sufre este tipo de carácter será más reacio a dejarse llevar por el viaje interior que conlleva la meditación, ya que hay que enfrentarse a los malos hábitos que invaden tu mente. Por ello es necesario buscar un buen orientador que te ayude a entender el proceso y a meditar de forma adecuada.
"Con la meditación se trabaja el desarrollo de nuestra conciencia, el autoconocimiento y la aceptación de nuestra realidad"
Priorizar el ser antes que la apariencia. Esto facilita la conexión con nuestro verdadero yo, eliminando los miedos que nos impiden mostrar nuestra realidad frente a la que mostramos a los demás.
Generar una nueva mentalidad que nos ayude a enfrentar nuestras dificultades de una forma más positiva y optimista.
Aprender a estar solos. Es muy importante conocernos a nosotros mismos y entender que a veces la soledad es tan necesaria como buena, eliminando la sensación de dependencia hacia otras personas para poder ser feliz.
Oportunidad de crear un hábito. Si nos acostumbramos a practicar la meditación, esto nos ayudará a establecer otros hábitos para nuestro autocuidado que podemos haber descuidado al sufrir depresión.
Atención en el presente. Las personas con tendencias depresivas suelen vivir ancladas en el pasado o pueden tener algún trauma localizado en algún hecho o situación concreta ya vivida. La meditación ayuda a aceptar pensamientos pasados y a vivir en el presente, por lo que puede ayudar a dejar atrás aquellos pensamientos que producen un constante desgaste mental.
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